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«El suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte en los jóvenes españoles», algo que nunca había pasado en la historia desde que se dispone de estadísticas según datos de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio.

Actualidad Jurídica

#graciasaRodrigo: carta de una madre que conciencia sobre el suicidio

Hoy queremos rendir un homenaje especial a los padres de Rodrigo. Con el corazón en un puño nos hacemos eco de una lucha incansable con la que tienen que lidiar cada día miles de familias. #graciasaRodrigo: carta de una madre que conciencia sobre el suicidio, remueve conciencias y visibiliza la realidad de la que no se habla tanto como se debería. Sus palabras son clave en la ayuda para prevenir el suicidio y un acto de solidaridad dentro de sus propias circunstancias.

«El suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte en los jóvenes españoles», algo que nunca había pasado en la historia desde que se dispone de estadísticas según datos de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio.

A través de la difusión de esta esta carta escrita por la madre de Rodrigo, queremos unirnos a esta causa, desde el máximo respeto y agradecimiento a esta familia que ha confiado en nosotros.

Gracias a Rodrigo

Hoy quiero gritarle al mundo y tengo todo el derecho…

Porque hace unos meses me pasó algo que no pasa.

Mi hijo Rodrigo, mi queridísimo hijo de 14 años, no pudo soportarlo más y se quitó la vida.

Rodrigo era inteligente, sarcástico, bondadoso, guapo. Le encantaban los animales y estaba muy comprometido con el cuidado del planeta y el respeto a todo tipo de personas. Era muy bueno en ciencias y dibujaba fenomenalmente bien. No era perfecto, por supuesto, era bastante perezoso, odiaba el deporte y cuando alguien le hacía daño no lo olvidaba nunca. Pero ante todo era una buena persona que no soportaba ni entendía las injusticias ni la maldad.

Y no puedo llorar y aceptarlo y dejarlo pasar;  es demasiado doloroso, demasiado absurdo, demasiado injusto…

Ese día la vida nos arrancó un trozo de corazón y nos dejó a sus padres y hermanas una herida que nunca se cerrará del todo y una pena y un dolor en el alma que a veces es insoportable. A familiares y amigos también les ha dolido muchísimo, lo sé.

Tras meses de culparme, de enfadarme con él, de intentar entender algo, de analizar lo que dije o no dije, lo que hicimos o deberíamos haber hecho… tras horas de leer sobre el tema y miles de “si hubiera”, he llegado a varias conclusiones y creo que la única forma de aliviar este dolor es compartiéndolas con vosotros y hacer así que nuestra desgracia tenga algún sentido, que quizá pueda ayudar a alguien, que parezca que Rodri ha muerto por algo…

A Rodrigo le diagnosticaron depresión severa 4 meses antes. Seguía un tratamiento farmacológico y acudía a psicoterapia, pero personalmente creo que fuimos tarde. Teníamos que haberlo llevado al psiquiatra hacía años. Hemos sido víctimas de la desinformación, la estigmatización y la infravaloración de la salud mental. Nos duele la rodilla y vamos al médico, nos sale una erupción y corremos al dermatólogo, les revisamos la vista a los niños, nos hacemos mamografías e incluso colonoscopias de manera preventiva, pero pasamos semanas con una tristeza enorme sin motivo o tenemos la autoestima por los suelos, o sufrimos por sentirnos fuera de la sociedad y no se lo decimos a nadie, esperamos a que se pase esa etapa, disimulamos… no tenemos asumido que la salud mental y social es parte fundamental de la salud física.

Yo no sabía que los niños podían tener depresión, y cuando lo supe, tampoco sabía la intensidad del sufrimiento que puede provocar. Hemos vulgarizado la palabra “depresión” y así le hemos rebajado su importancia.

La depresión severa se caracteriza por una tristeza y angustia casi continua, un cansancio extremo, por la incapacidad de emocionarse y disfrutar de las cosas y por la pérdida de la concentración y la memoria. Las personas con depresión están convencidas de que la vida es un desastre , de que ellos son un fracaso y de que estas dos hechos van a ser siempre así. Están seguros de ser una carga para las personas que les quieren. Además es una enfermedad cruel e invisible que no sale en analíticas ni radiografías, por lo que todo depende de lo que cuente el paciente, lo que hace que parezca que deciden ellos, que es su culpa o que exageran. Como consecuencia, lo esconden, y los que estamos cerca nos damos cuenta tarde, porque cuando ya se ve la enfermedad es porque no tienen fuerzas ni para disimular. Una enfermedad invisible y tremendamente cruel, con la que mi hijo tuvo que luchar en plena adolescencia.

Mi dolor hoy por su pérdida es enorme, pero me duele más todo ese sufrimiento suyo previo. Aquellas frases que yo le decía con amor y la mejor intención pero cargadas de desconocimiento como “tienes que cambiar el chip” o “disfruta de la suerte que tienes” o “hay que hacer por la vida “ hoy sé lo injustas que eran. Él me contestó una vez con mucha tranquilidad: “mamá, le estas pidiendo a alguien que tiene cáncer, que deje de tenerlo”. ¡Era mucho más inteligente que yo! Tan inteligente y bueno que sé que no me lo tenía en cuenta.

Así que si tras leer esta carta y #graciasaRodrigo alguien no duda en ir al psiquiatra a consultar eso que le parece que no va bien antes de que sea más grave; o alguna persona atormentada pide ayuda sin complejos y se desahoga con algún amigo; o al tratar a alguien con depresión o que pueda tenerla (recuerda que es invisible), evitas esas frases inútiles y muestras apoyo y comprensión…  mi dolor hoy tendrá algo de sentido.

Y resulta que sí pasa, pero no se habla de ello. Y como no se habla de ello, no existe. Y si no existe, te sientes muy solo y culpable por tener este tipo de pensamientos. Si no existe, no lo reconocemos cuando lo tenemos cerca y reaccionamos tarde. Si no existe, no se invierte en investigación ni prevención. Las enfermedades mentales son enfermedades físicas, biológicas, situadas en el cerebro. No son cosa del alma, ni del estado de ánimo, ni de la fuerza o debilidad mental. Estas creencia obsoletas empeoran enormemente la situación.  A veces son exógenas, y las inicia algún drama personal, pero otras veces, las endógenas, como la de Rodrigo, son debidas a cambios fisiológicos en el cerebro. De hecho, las enfermedades mentales tienen un buen pronóstico de cura, con el tratamiento y/o terapia adecuada y tratadas pronto. Pero queda mucho por investigar y por normalizar.

El suicido es la primera causa de muerte externa en España, y los fallecidos son el doble que los causados por accidentes de tráfico y 10 veces más que los debidos a violencia de género. Siendo terrible cualquier pérdida, aquí hay un problema enorme desatendido. Y todo indica que no va a menos.

Así que si #graciasaRodrigo, se dedica un euro más a investigación; o se hace una buena campaña de información y normalización de las enfermedades mentales; o en las revisiones médicas se interesan también por el bienestar mental y social de las personas, o en los colegios se fomenta más la inteligencia emocional de los niños… su pérdida no habrá sido del todo en balde.

Por la edad de Rodrigo, me han preguntado mucho si sufría acoso en el cole y no fue así. Pero sí que sufrió “microacoso” toda su vida. Rodrigo no era como la mayoría, le costaban las relaciones sociales, se salía del “círculo”. Ese en el que no entras si eres demasiado alto o bajo, demasiado gordo o delgado, demasiado listo, demasiado torpe.. y se burlan de ti, se te cuelan en la fila, te empujan al pasar… Esas “cosas de niños” que nunca entendí, porque a ninguna edad se debería disfrutar haciendo sufrir al otro sólo porque se puede. No eran cosas graves, pero las piedrecitas en el camino se iban amontonando. Yo también puse piedras intentando que entrara en el dichoso círculo.

Así que si #graciasaRodrigo aprendemos de una vez que hay que borrar ese círculo y respetar al otro aunque sea diferente a mí en algunas cosas; si algún niño, cuando vea a un compañero con alguna dificultad, no se burla de él sino que le ayuda o, simplemente, le sonríe; si nuestros hijos ven más caridad y comprensión en nosotros y escuchan menos comentarios despectivos… Rodrigo sé que pondrá su media sonrisa de satisfacción allí donde esté.

Yo ya no sabré a qué se iba a dedicar mi hijo de mayor, ni me volveré a sorprender con lo bien que le queda esa camisa nueva, ni conoceré al Rodrigo enamorado, que seguro iba a ser genial; pero me quedan muchos buenos recuerdos. Muchos buenos momentos, sencillos pero llenos de amor. Ahora tengo la sensación de que en casa siempre hemos mimado esos buenos ratos con él, los atesorábamos. Y ese enorme amor de antes y el de ahora con su padre y sus hermanas es mi oxígeno en estos momentos. Es la energía que hace que hoy no nos hundamos.

Así que si #graciasaRodrigo hoy le das un abrazo a tu hijo aunque se haya pintado el pelo de rosa, o no haya sacado la mejor nota, o no tenga la orientación sexual que a ti te gusta; o si esta vez le das la razón a tu pareja aunque sabes que no la tiene; si creas un buen recuerdo para toda la vida y evitas otra discusión inútil… por lo menos habrás aprendido algo de mi desgracia.

Pero ojalá nadie aprendiera nada hoy y lo que hubiera compartido con vosotros fuera un video de pingüinos con un doblaje divertido. Ojalá esta tarde a las 17.15 Rodrigo me volviera a dar un abrazo al salir del cole. Ojalá yo no estuviera llorando ahora…

Sé que con el tiempo volveré a tener momentos de felicidad, pero también sé que nunca volveré a sentirme completa.

Un día cuando Rodrigo tenía 5 o 6 años, le dije que si cuando nació me hubieran dado a elegir entre todos los niños del mundo, yo no habría parado de buscar hasta encontrarle a él, porque le quería tal como era. Hoy, sabiendo lo que sé, también buscaría hasta encontrarle. Porque, ante todo, soy la orgullosa madre de Irene, Laura y, en estos días especialmente de RODRIGO.

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