La sentencia tuvo lugar en el Juzgado de lo Penal nº 3 de Getafe, después de una brillante estrategia jurídica, el acusado evito las penas de prisión y sólo, tuvo que abonar una multa de tres euros diarios durante doce meses y le fue impuesta una orden de alejamiento de más de 500 metros de las jugadoras durante un periodo de dos años.

En el caso de que el acusado no cumpliese con lo pactado, cometiese un nuevo delito en el transcurso de dos años, no pagara la multa por responsabilidad civil o incumpliese la orden de alejamiento, entonces entraría en prisión.

El abogado de la defensa, José Martín Herreros, Socio Director de Martín Herreros Abogados, detalló que no todas las jugadoras solicitaban condena y orden de alejamiento, ya que “sólo lo solicitaron once de las dieciséis implicadas”. Asimismo, José Martín señaló que a su cliente se le había realizado un embargo preventivo de 5.000 euros, “importe con el que podría cubrir las sanciones”. Las jugadoras solicitaban una indemnización mayor en concepto de daños morales, muchas de ellas alegaban no haber vuelto a jugar al fútbol desde ese día, “pero ninguna de ellas justificaba esos daños acreditando un tratamiento psicológico”.

Ante la gravedad de los hechos estamos ante un gran éxito ya que la pena de prisión podría haber sido de muchos años y al final se quedó en una simple advertencia.