¿Qué sabes del Derecho en la Prehistoria? Acompáñanos en este recorrido desde el Paleolítico para comprender de dónde emanan los albores del derecho y cómo las primeras leyes de la humanidad se han transformado paulatinamente en el inmenso entramado judicial que rige las sociedades actuales.
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¿Dónde empieza el derecho? ¿Acaso se conoce un hecho puntual significativo a partir del cual puede establecerse todo el sistema jurídico de las civilizaciones? ¿O surge del desarrollo natural de los acontecimientos? Parece ser, que las leyes, estaban ahí, esperando a ser descubiertas en la cotidianidad de nuestros antepasados.
La prehistoria es el período de tiempo transcurrido desde la aparición de los primeros homínidos, antecesores del Homo sapiens, hace aproximadamente cuatro millones de años, hasta que tenemos constancia de la existencia de documentos escritos en Oriente Próximo hacia el 3300 a. C.
El hombre cazador que vivía en el Paleolítico sugiere ciertos indicios de orden social o político. Por ejemplo, si observamos el enterramiento de los muertos, en la tumba de Menton, aparecen cuidadosamente sepultados una mujer y un niño.
Los miembros de una comunidad se agrupaban con el objetivo de afrontar la caza mayor de animales difíciles, también generaban una habitación en conjunto en las cavernas. Estos pequeños actos de hermandad sentaban las bases de lo que mucho después sería la horda (comunidad nómada que se distingue de la tribu por el carácter rudimentario de los vínculos sociales y espirituales que unen a los integrantes) y la tribu (agrupación social y política propia de pueblos primitivos e integrada por personas que comparten origen, lengua, costumbres y creencias y que obedecen a un mismo jefe).
Derecho en la Prehistoria, ¿dónde nace? Para entender el origen de la civilización que conocemos hoy, es necesario conocer cómo empezamos los seres humanos a reflejar nuestra presencia en los elementos que nos rodean. Vemos así, las muestras primitivas que se plasmaban en las cavernas, que comenzaron siendo meras incisiones sobre la piedra, esbozos, que raramente estaban resaltados con un poco de color. Con el avance de la técnica aparecen las incisiones que forman siluetas, algo más refinadas, dando paso posterior a lo que se conocerían como magníficos frescos, como las famosas representaciones de las cuevas de Altamira.
Estos dibujos, no se encontraban a primera vista, sino que se situaban en lugares de difícil acceso en las cuevas. Nichos y túneles oscuros que solo podían alumbrarse con fuego. Otro ejemplo, la cueva de Combarelles, presenta las pinturas a una distancia de 120 metros de la entrada y la de Niaux, a 800 metros.
Los animales que se representaban con más frecuencia eran aquellos que servían de alimento o pieles de abrigo para el ser humano.
¿Qué sentido tenían estas imágenes en las paredes? El hombre primitivo creía que esas representaciones les otorgaban poderes mágicos sobre los objetos o seres que representaban, y que influirían sobre los mismos, a saber: aumentando la multiplicación de los animales o promoviendo una mejor apropiación en la caza de los mismos.
Yendo más allá, podemos inferir que la magia que habitaba en la pintura rupestre, subyacía a un sentimiento humano que influiría en el posterior constructo social, el de la idea de apropiación (de alimento y abrigo en este caso).
Así, la magia se considera un extraordinario avance en lo que respecta a la conciencia humana. Un despertar del hombre de la percepción sobre sí mismo y sus capacidades. Ya no se siente a merced de las fuerzas naturales, siendo consciente de que sus propios actos pueden cambiar el rumbo de los acontecimientos.
El abrigo de Cro-Magnon es un yacimiento arqueológico de época paleolítica situado en el municipio de Les Eyzies-de-Tayac-Sireuil en el departamento de la Dordoña, al suroeste de Francia. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979.
La Cueva de Cro-magnon es el mejor museo histórico hasta la fecha, y sienta una de las bases de lo que poco a poco se convertiría en el Derecho en la Prehistoria.
Los cromañones o Cro-Magnon fueron los primeros humanos modernos prehistóricos que se asentaron en Europa, desde hace aproximadamente 40.000 años, con presencia ininterrumpida hasta hace 10.000 años.
En ella podemos encontrar cerámicas y adornos que ponen de manifiesto el modo de vida del hombre en el cuaternario superior (último periodo del Cenozoico que empezó hace 2,59 millones de años y comprende hasta nuestros días).
Las cuevas adornadas con pinturas se convirtieron pronto en lugares de reunión, posteriores templos, donde se agruparían hombres jóvenes, cazadores, padres de familia, que esperaban la bendición de sus actos por parte del mago. Este último, guiaba bailes sagrados de apropiación y ritos de iniciación frente a las pinturas rupestres.
A cuatro metros del suelo, en la cueva de Trois-Freres, se encuentra el retrato de un mago. Mitad grabado, mitad pintura, el retrato del pleistoceno muestra un hombre bailando una danza ritual, lleva una máscara con una cornamenta, tiene patas de oso y cola de caballo. Sus ojos fijos en los del espectador, cual lechuza, mira atentamente.
Otra prueba de la danza en las cavernas es la cueva de Tuc D’Audoubert. Un pasadizo une la cámara exterior con una muy lejana. En esta última, encontramos dos modelos de arcilla de bisontes machos y hembras. A su alrededor, huellas humanas marcadas en la arcilla del suelo, como si se hubiera organizado un baile alrededor de las figuras. En otra cueva, se encuentran unas pinturas mágicas, junto a ellas, unas huellas de nalgas en el suelo. ¿Era acaso un lugar de contemplación y descanso?
La figura del mago fue evolucionando conforme los ritos fueron adquiriendo mayor complejidad con el paso del tiempo, dando lugar a la figura del Shaman. Término acuñado por los mongoles, usado para designar a este maestro y curandero que poseía un poder inmenso en la tribu. Supuesto sanador de enfermedades, poseedor de la sabiduría de los encantamientos, y conocedor del oscuro arte de infligir a distancia la melancolía sobre una persona, melancolía que la llevaría a la muerte (tanatomania). Se decía que solo con señalar a un individuo con el dedo o con un hueso puntiagudo podía destruir simbólicamente al señalado.
Entonces el sacerdote-mago, fue lo que en un futuro se convertiría en los grandes conductores de la humanidad o líderes. ¿No se observa a caso en la figura del mago un indicio de jerarquía de liderazgo propia del Derecho en la Prehistoria?
El Neolítico (del griego νεο- neo- ‘nuevo’ y λιθικός lithikós ‘de piedra’) es el último periodo en que se divide la Edad de Piedra. Este periodo comienza entre el 6.000 a.C y el 4.000 a.C, según las diferentes culturas que lo alcanzaron, y se extendió hasta el 3000 a.C. El término, que quiere decir «de piedra nueva», se basa en las elaboradas herramientas de piedra pulida que caracterizan este período y lo diferencian de la «antigua» Edad de Piedra, o Paleolítico, con herramientas de piedra tallada, más toscas.
El neolítico, es un periodo rico en su contenido. El hombre en aquella época no conocía los metales y para mantenerse con vida se valía de la piedra y otras fuentes asequibles con las que defenderse de las adversidades. Además, sorprende el alto grado de cultura al que se llega en esta época, careciendo del conocimiento tan útil de los metales que contribuyó al desarrollo de los individuos.
En esta época es cuando se crean las bases de toda la civilización siguiente. La colonización agrícola de Europa. A la vida primitiva y errante de las tribus paleolíticas cazadoras, se le atribuye una ínfima economía y organización social. Al contrario que la vida del campesino neolítico, que se encuentra en el más alto grado de desarrollo respecto a la civilización anterior.
Con los avances, surgen conglomeraciones humanas más estables y agrícolas del neolítico. Estas, exigen una nueva organización social para subsistir de forma pacífica en un grupo.
En el neolítico superior, además de tener presencia la economía de apropiación mencionada con anterioridad, aparece la economía de reproducción. Además de la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres, aparece la cría de animales y cultivo de las plantas.
Fruto de la estabilización en grupos, aparecen las primeras cabañas, que al agruparse formarán las conocidas primeras aldeas. Es en este momento, cuando empiezan a verse enterramientos rituales de mayor complejidad y vestigios de decoraciones en las tumbas, dando lugar a una nueva época y generación.
En la sociedad prehistórica había una relación entre hombres y mujeres de igualdad. En el Paleolítico, sí es cierto que las mujeres cuidaban de la descendencia, también se dedicaban a la caza, la pesca y recolección.
De esta época existen figuras de arte mobiliar que invocan el poder femenino de la fertilidad. Poder que se valoraba como medio de supervivencia del grupo.
Las mujeres que habitaron Europa Central durante los primeros 6.000 años de práctica de la agricultura en el Neolítico tenían los brazos más fuertes que las deportistas de élite de los equipos de remo actuales. Lo que sugiere que el trabajo manual de las mujeres fue «un vehículo crucial para las primeras economías agrícolas», según un estudio publicado por Science Advances.
Las mujeres del neolítico también cazaban. Fue hallado el enterramiento de una cazadora de 9.000 años en las montañas de los Andes de América del Sur. El descubrimiento forma parte de una investigación dirigida por la Universidad de California en Davis que se publicó en la revista Science Advances con el título «Female Hunters of the Early Americas.»
La participación femenina en la caza mayor pudo representar entre el 30% y el 50% del volumen de género total del Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano en las Américas.
Coexistieron en el tiempo y hubo mucho mestizaje entre ambos. El tipo neandertaloide es más fuerte físicamente que el hombre contemporáneo y resistía mejor el frío. No obstante, el Sapiens, dominaba mejor el fuego, utilizaba herramientas para protegerse del frío como agujas para coser abrigos y corría más rápido.
El Homo Sapiens, superó al Neandertal en tecnología y organización social. Cazaban en grupos más numerosos y hacían uso de proyectiles, arriesgándose menos en el cuerpo a cuerpo en la caza.
Hubo entre ambos intercambios de ritos, costumbres y ceremonias (se hallaron enterramientos de Neandertales propios del Homo Sapiens, etc.).
Y ambos sentaron los precedentes del ser humano que somos hoy, así como del Derecho en la Prehistoria, desarrollando cada vez una mejor organización social entre los grupos prehistóricos.
La costumbre, es el cimiento sólido sobre el que se asientan las formas de pensamiento y acción. El ser humano es un animal de costumbres. Las costumbres proporcionan orden y permanencia. «La costumbre da al grupo la misma estabilidad que la herencia y el instinto dan a la especie, y el hábito al individuo». También la costumbre puede considerarse la enemiga del progreso.
Si la historia se trata del conjunto de aventuras, fracasos y logros del ser humano, también lo es la prehistoria. Todo lo que éramos en esencia antes de verbalizarlo por escrito condicionaría el futuro de las civilizaciones y el Derecho en la Prehistoria.
Los primeros eolitos fueron recogidos en Kent por Benjamin Harrison, naturalista amateur y arqueólogo, en 1885 (el nombre «eolito» no fue acuñado en 1892, por J. Allen Browne).
Un eolito es un nódulo lascable de sílex. Durante algún tiempo se pensó que los eolitos fueron las primeras herramientas de piedra fabricadas por el hombre, pero actualmente se cree que fueron producidos de forma natural por procesos geológicos como la glaciación.
El achelense es una de las primeras industrias líticas (herramientas de piedra) originada en el Paleolítico inferior, el primero de los periodos en que está dividido el Paleolítico. La mayor característica de este periodo es la aparición del bifaz, es una de las herramientas más comunes desde esta época, su mayor innovación es que la piedra es tallada de forma simétrica por ambos lados. En este periodo, la industria humana es indudable.
Entre los utensilios fabricados por el hombre se encontraban las puntas de lanza, flechas, cuchillos, sierras, martillos, hachas, masas, mangos y asideros de hueso, dientes y cuernos de animales labrados con ornamentos artísticos.
Los hombres del paleolítico poseyeron viviendas y comenzaron a elaborar anzuelos y redes para la caza; se comenzaron a domesticar los primeros animales como el perro, la cabra y la oveja; con la llegada del telar se hiló la lana y comenzó a teñirse de brillantes colores.
La cultura humana avanza, y con ella las rutas de comercio en la cuenca de los ríos. Así nace el transporte de adornos de huesos, dientes y piedras preciosas y semipreciosas como el ámbar. Es entonces cuando se cambia el nomadismo por el sedentarismo y surge la disciplina de la cerámica. Tras la caza, la pesca y el pastoreo, llega la agricultura. Aquí la alfarería desarrolla piezas más complicadas y hermosas de variadísimas formas.
La mentalidad primitiva es radicalmente distinta de la mentalidad civilizada. No realizan una distinción entre objeto y emoción provocada por la percepción, son un todo. Se trata de representaciones místicas o simbólicas.
En la actualidad, la vida humana se divide en diferentes facetas distinguidas entre sí: hay límites en el reino vegetal, el animal y el humano. En la mente primitiva sin embargo, nada posee una forma definida o diferenciada. Esta metamorfosis entre los elementos existenciales conforman su sentimiento general de la vida, ya que carecen de capacidad para captar las diferencias entre las cosas. No hay jerarquías, él se encuentra inmerso en una realidad sobre la que parece ser que no se cuestiona.
El hombre primitivo no distingue entre la significación moral, religiosa o jurídica. Sino que actúa por costumbre, una costumbre que proviene de las normas de la tribu. Un instinto biológico que pasa de generación en generación, más que una reflexión consciente sobre el sentido de la vida y el por qué hacemos lo que hacemos.
En muchas sociedades prehistóricas y no tan prehistóricas, los niños, desde muy pequeños son aptos para el cuidado del ganado propiedad de la familia, y otro tipo de trabajos. Por tanto, son considerados como una propiedad apreciada y valiosa para la economía familiar. Los niños eran responsables de tareas además del cuidado del ganado, tales como, cuidar de sus hermanos pequeños, curtir pieles, o preparar la comida. Ejercían funciones de adulto en una edad más temprana que los niños en la actualidad. Pero sus labores diarias no impedían que dedicasen tiempo a jugar, en las cuevas de Tuc d’Audoubert (Francia), se han hallado huellas de infantes de hace 15.000 años que correteaban junto a las pinturas prehistóricas.
Poco a poco, va cambiando este hábito de seguir el camino marcado por los antepasados hacia una nueva realidad. De pronto, existe la posibilidad de rebelarse contra lo que ha sido siempre de una determinada forma.
Un buen día un hombre se revela contra lo que ha venido siguiendo a ciegas. Y surgen los enfrentamientos de ideas. Todos los ciudadanos ya no actúan bajo un mismo patrón de conducta. ¿Comenzaba a ser más necesario el Derecho en la Prehistoria con la aparición de discrepancias en la tribu?
En cada civilización, existen diferencias en cuanto a las normas sociales. En unas resalta lo jurídico sobre lo religioso y lo moral, en otras lo moral y lo jurídico sobre lo religioso, y en otras lo religioso sobre las demás. En Roma, por ejemplo, lo jurídico es primordial. En Grecia, la moral prima en toda su cultura, sobre lo jurídico y religioso. Entre los germanos, predominaba el interés por crear un vínculo de amistad y hermandad; entre los hindúes, se observa una preponderancia religiosa.
A medida que las civilizaciones evolucionaron, el carácter y la moral del hombre se fue definiendo y perfilando, dando lugar así al establecimiento de las primeras normas sociales, como son lo moral, lo jurídico y lo religioso. En esta nueva etapa histórica, el ser humano es más consciente de sí mismo y se ve abocado a una progresiva estructuración de la sociedad, en línea con los avances naturales surgidos de la propia evolución.
Comienzan las primeras fisuras en el tradicional modelo de organización familiar cuando el hombre y la mujer observan que pueden recurrir a su propia supervivencia sin tener que recurrir al ganado del padre. Cuando pueden cazar y alimentarse gracias a sus propias presas, así como recolectar, es cuando comienzan a independizarse del dominio del sistema pater familiae. Formando un nuevo grupo social y logrando una mayor independencia. De esta forma, los individuos comienzan a agruparse en familias más reducidas, educándose mejor y alimentándose en pequeños grupos.
La imitación o mímesis es un rasgo característico de la naturaleza humana. El ser humano desde la niñez, aprende cual esponja por imitación de sus semejantes.
En las culturas primitivas, la mímesis se ejerce hacia los mayores, aprendiendo de estos, también de los antepasados. En la sociedad actual, la mímesis se da en un rango mucho más amplio. Aprendemos de nuestros mayores pero también de múltiples personalidades creativas contemporáneas que tienen la capacidad de influir. La mímesis es la misma, solo que el objeto de imitación se nos presenta más amplio y difuso.
¿Qué saltos han permitido que las sociedades primitivas se conviertan en civilizaciones cada vez más desarrolladas? Las sociedades crecen empujadas por los llamados “genios” o “pensadores adelantados a su tiempo”. Uno de cien, un ser extraño surge dentro de una gran masa de individuos que aporta una voluntad de cambio.
¿Cómo estos individuos rompen la corteza del hábito de la población? ¿Cómo guían en sus nuevas ideas a personas que están ancladas en la conformidad de la costumbre?
Se evoluciona cuando hay un agente de cambio y un grupo dispuesto a integrarlo en su vida cotidiana. Rompiendo así la costumbre normativa, con una iniciativa propuesta y la suficiente docilidad por parte del grupo para absorber lo nuevo.
El núcleo primero de una sociedad es la familia. De esta se puede decir que parte el primer estamento religioso, formativo y judicial. Sobre ella, se generarán progresivamente las más complicadas organizaciones sociales. Clanes, tribus, nómadas, cazadores y pescadores, agricultores y después la llegada del sedentarismo. El derecho emana del hombre mismo. Por lo que fue antes vivido que conocido. Se observa en la evolución de las sociedades que había derecho en los actos cotidianos de las tribus aun antes de ponerlo sobre el papel.
En el inicio de los tiempos, cuando un padre de familia resolvió un conflicto, lo hizo a través de reglas jurídicas o religiosas no escritas, basadas en la costumbre. La historia nace del hombre, por lo que el derecho es un producto humano.
La capacidad de la norma para hacerse obedecer, contra y sobre las actitudes de los sujetos cuya conducta someten, para garantizar su cumplimiento.
Una norma jurídica implica el principio de coercitividad, un mandato que se presenta frente a dos sujetos, uno que dicta y otro que obedece en base al mismo. Este derecho que emana de un poder, se debe respetar y cumplir, y parece ser la forma más organizada que nace para resolver un conflicto pacíficamente donde antes estaba la ley de la fuerza.
La propiedad privada, nace cuando una persona se apropia de algo que no tiene dueño o bien expropia de forma violenta algo a otro que no es suyo y surge un conflicto de intereses. El hombre prehistórico no piensa en el derecho natural ni en las ventajas o desventajas de este acto, pero sí hay un indicio de disputa que debe resolverse de alguna forma. Al igual que con el derecho a ser libre, el primer hombre que es vejado por su semejante, da nacimiento al derecho correlativo. Y así nace el derecho penal, familiar, de obligaciones, procesal, político y todos los sucesivos.
En la edad primitiva encontramos el embrión de todos los inicios de las instituciones jurídicas, que emanaron poco a poco de pequeños actos cotidianos que necesitaban estar en orden. A partir de aquí nacieron muchas instituciones jurídicas que aún hoy tienen plena validez.
En el tercer y segundo milenio antes de nuestra era, el mediterráneo comienza a mostar las primeras civilizaciones brillantes de la historia. Egipto, Creta y Grecia, que ya alcanza un nivel elevado de cultura y civilización.
A finales del Siglo VIII y a principios del VII a.C., emerge poderosamente Etruria (actual Toscana), con una marcada cultura que llega pisando fuerte respecto a los milenios anteriores. Lo que otros pueblos consiguieron durante muchos milenios es alcanzado por Etruria a un ritmo vertiginoso. Con esta nueva civilización, nace un nuevo culto a los muertos con monumentos que quitan el aliento; rápido crecimiento de las ciudades comerciales toscanas y el nacimiento de la idea de que la península itálica debe convertirse en un solo imperio. Entrada triunfal en la historia, Italia.
Si observamos el régimen social de los etruscos, observamos particularidades a nivel organizacional que les diferencian significativamente de sus predecesores, primitivos griegos e itálicos: en las inscripciones funerarias junto al nombre del difunto añaden el del padre y la madre; la mujer tiene un papel más representativo en la sociedad, se le permite asistir a banquetes y juegos públicos (cosa que escandalizaría a griegos y romanos).
Los bosques se preparaban para la siembra, los pantanos se comenzaban a canalizar, los poblados comenzaban a construir murallas defensivas contra inundaciones, animales salvajes y posibles invasores, contribuyendo una vez más a la organización social con fines colectivos. ¿Cómo se organizaban los grupos de trabajo? Hasta la fecha no había nobles ni esclavos, ni tareas específicas que requiriesen una diferenciación jerárquica.
Por ejemplo, en culturas como la de las tribus primitivas de Australia, los ancianos mantenían una posición especial de respeto, por su experiencia y sabiduría.
En línea con lo anterior, cuando hablamos de unión defensiva para mantener las fronteras de las civilizaciones a buen recaudo, se establecieron los jefes para la paz y la guerra. Nobleza compuesta de hombres ricos, una clase media dedicada a trabajos manuales y la clase más baja, que carecía de propiedades y estaba, en ocasiones, a merced de los anteriores. La diferencia en la riqueza comienza a determinar la posición social. Se observa en esta etapa un cambio de paradigma, donde antes el más fuerte y valiente dominaba y ahora es el más rico y poderoso el que toma las decisiones de peso en la sociedad.
Antiguamente, casi todos los territorios disponían de las suficientes materias primas para subsistir de forma autónoma. Esto no impedía que existiese un comercio más orientado al lujo, en el que se comerciaban piedras semi-preciosas tales como la nefrita, la jadeíta, la cloromelanita; el pedernal amarillo color miel de Francia y Bélgica; las explotaciones mineras de sílex; la concha del Spondylus del mediterráneo (encontrada en las profundidades de Francia donde se utilizó como adorno). Uno de los productos más deseados era el ámbar.
El comercio entre civilizaciones se desarrollaba en las aguas a través de canoas, en la región extrema septentrional en gran parte mediante esquís y trineos y en Arabia a través de las famosas caravanas nómadas. Damasko y Bokhara se convirtieron en ciudades, puertos del desierto. Y se creó una ruta entre el Mar Rojo y el Nilo prehistóricos.
Encontramos en la historia intercambios de objetos desde épocas antiquísimas, separadas por enormes distancias. Este hecho pone de relieve que el ser humano desde el principio de los tiempos se ha sentido en la necesidad de compartir y conocer nuevas culturas. Así, las ideas de unas sociedades y otras convergieron, nutriéndose mutuamente, dando lugar a la difusión de la cultura y el desarrollo humano.
Dos grandes enemigos de la civilización han sido la costumbre y el tabú. La costumbre en cuanto a la carga aplastante de la tradición que sitúa al individuo en un umbral de pereza y conformismo que le impide evolucionar y el tabú, relacionado con prohibiciones y limitaciones impuestas a través del miedo para dominar a las masas. El tabú a lo largo de la historia en ámbitos como la religión ha frenado el progreso cultural de la humanidad.
Por ejemplo, en la Polinesia, el nombre del jefe es tabú y no se pueden decir palabras que contengan alusiones a ese nombre.
El tabú basa su origen en un sistema de presión, que regula y ahoga para conseguir determinados fines. «Todas las religiones éticas superiores, la de los profetas de Israel, el zoroastrismo, el cristianismo, se impusieron una tarea común. Aliviaron una carga insufrible del sistema tabú; pero, por otra parte, injertaron un sentido más profundo de obligación religiosa que, en lugar de ser una restricción o compulsión, era la expresión de un nuevo ideal positivo de libertad humana». Como dijo Eduardo Galeano, «Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: «Cierren los ojos y recen». Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia». Esto, poniendo de relieve las erróneas interpretaciones que a lo largo de la historia se han hecho de las distintas religiones por parte del hombre en su beneficio.
El cáliz y la espada, por Riane Eisler
Hubo un largo periodo en el que la sociedad no era violenta ni desigual, en el que la humanidad vivió en paz, equidad y prosperidad.
Según Riane Eisler, las relaciones humanas de los habitantes de Creta, hace 7.000 años, se basaban en el principio de vinculación y no en el de superioridad. No había desigualdad ni en la riqueza ni en el género. Los medios de producción eran de propiedad común, existía la confianza mutua y la organización socioeconómica era colaborativa. Ya las sociedades avanzadas presentaban hombres y mujeres que trabajaron de forma cooperativa por el bien de sus familias y sus comunidades durante miles de años.
Hace alrededor de 5.000 años comenzaron a verse enfrentamientos entre grupos nómadas violentos provistos de armas de metal y comunidades agrícolas pacíficas. Ahí comenzó el giro de los acontecimientos que cambió el rumbo de la humanidad. La guerra y la violencia, nace como instrumento que alienará la sociedad de la colaboración, transformándola en la de la dominación.
El hombre quiere dominar a sus semejantes
Ganado, joyas, armas, herramientas, mujeres. La riqueza debe protegerse para mantener el estatus. Y para incrementarla, el dueño debe salir de su hogar para realizar excursiones bélicas o comerciales. Dejando así a alguien al cuidado de sus riquezas. Los ricos se convierten en aristócratas, los pobres en siervos o esclavos y los militares se convierten en reyes.
«La dominación del hombre por el hombre fue uno de los procesos más importantes de la historia de la civilización. Y señaló el camino con que había de seguir el hombre para llegar a ser tirano, dueño y señor de la tierra. Empezó la época moderna».
La vida primitiva fue el perfecto equilibrio entre hombre y medio ambiente. Para analizar nuestros antepasados antes de la escritura, nos podemos valer de la geología, la paleontología y la antropología, ya que los antiguos hombres no fueron testigos de sí mismos. El hombre primitivo no tenía necesidad de registrar su paso por la tierra, lo hacía sin advertirlo en su cotidianidad. La realidad era inmutable, no había objetivos de cambio o desarrollo aparentes. No parece reflexionar sobre el futuro o el pasado. Vive en el hoy.
Con la llegada de la historia, el hombre deja de ser un agente pasivo de la realidad, sino que toma conciencia y comienza a tratar de dominar el devenir, organizar y darle un sentido único a su existencia.
«El tiempo del hombre es la posibilidad de recordar su pasado y premeditar su porvenir, de novelar su actualidad. Es una de las cifras más significativas del ser en el mundo».
Aquí es cuando el ser humano entra en la historia, cuando es consciente de su propia existencia y quiere ser dueño de su propio destino.
Fuentes:
Derecho en la Prehistoria | Revista de Ciencias Jurídicas | Universidad de Costa Rica
El cáliz y la espada, Riane Eisler
Las mujeres en el Neolítico también cazaban | National Geographic
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